La educación ha evolucionado enormemente en las últimas décadas de forma extraordinaria, las formas y métodos que existen para aprender y enseñar son extensos y abundantes. Un maestro tiene herramientas tradicionales y Modernas con las cuales podría impulsar y potenciar en el alumno un desarrollo y competitividad de este siglo.

 

La planificación de los contenidos en la labor del docente es una tarea ardua, las herramientas de las cuales puede servirse podrán ayudarle a ser mas efectivo y conseguir que el alumno aplique las nuevas tecnologías para el aprendizaje a la vez de conseguir con ello una conciencia en el alumnos de saber buscar, comparar y discriminar entre las diversas fuentes de información que consulte en las redes de Internet.

 

La rapidez con la que se producen los conocimientos en el mundo actual requiere que las herramientas de actualización y procesamiento de las informaciones sean sumamente eficientes y puedan producir extractos consistentes y fiables para mantener la vanguardia y la calidad de la educación en el ámbito Docente.

 

Se requiere de profesores conectados, críticos, conocedores de las nuevas tecnologías, que sepan integrar en su campo de conocimiento el uso del ordenador como una de sus herramientas mas efectivas, directa y de mayores resultados que tenga a disposición.

 

La Filosofía digital no solo aportaría en los maestros una actualidad, sino que cambiaria radicalmente la forma de ver el mundo, abre una enorme puerta para que a través de esta pueda también visualizar el mundo actual. Esto pone de manifiesto que un docente tiene una alta responsabilidad de encaminar a la sociedad actual y los futuros profesionales hacia una evolución sostenible, integral y competitiva.

 

Las sociedades que han entendido esto, están a años luz de las que se rehúsan a aceptarlo. El mundo que nos rodea es digital, el conocimiento e interiorización de este aspecto es crucial y el foco esta directamente puesto en las competencias de los docentes como un reclamo irrenunciable y obligatorio.

 

Para todo lo expuesto hay que pensar en un proyecto de nación, de futuro y de alcance obligatorio para nuestra sociedad. Seria imposible competir, igualarnos o avanzar con respecto de las sociedades que lo han logrado sin que impulsemos proactivamente este aspecto de la educación.